El dolor tristemente es nuestro mejor maestro… ¿recuerdas que te conté que estoy acá gracias a ese dolor de espalda de hace 6 años? ¡Uffff! que aprendizajes que me ha dado. ¿Por qué escogemos aprender por esa vía cuando podríamos hacerlo de otra manera? ¿Por qué no nos abrimos a la vida sin querer controlarla y nos conectamos para fluir sin tener que sufrir?

Cuando estás contigo solo siendo quien eres y respirando, o cuando haces las posturas de yoga y te mueves inteligentemente, te vuelves tu propio observador para darte cuenta de cómo te dispones hacia la vida… Si te duele, ¿por qué no hacer más chiquito? ¿Si te sigue doliendo por qué no paras? ¿Por qué no lo haces distinto?

Hace un tiempo un amigo me dijo que le gustaba meditar en diamante porque el suave dolor que sentía en los empeines hacia que se enfocara en el cuerpo, ¿te pasa lo mismo con otras posturas? ¿Te hace sentir fuerte y poderos@? ¿Hay dolores ricos, suaves que te gusta sentir? ¿Necesitas de ellos para sentirte viv@?…profundiza en ti y pregúntate ¿para qué los quieres sentir, qué estás obteniendo con eso? ¿no es suficiente la cultura de sacrificio y sufrimiento en la que hemos crecido para que quieras seguir dándote más de lo mismo?… ¿Te pasa lo mismo con las angustias, los dolores emocionales y con la fluctuación mental?

Anímate, toma responsabilidad y deja de hacer lo mismo, experiméntate de manera diferente para que traigas más placer, disfrute, dicha y expansión a tu vida… siéntete viv@ desde la vida misma ¿cuál vida quieres para ti?… simplemente créala.